David Comí, director y formador de Incrementis, destaca la escucha activa como un elemento esencial en el liderazgo de equipos. Esta práctica no solo mejora la comunicación, sino que también fortalece la gestión eficaz y promueve un ambiente de trabajo más colaborativo.
En el dinámico entorno empresarial actual, la escucha activa se presenta como un pilar fundamental para el liderazgo de equipos.
“La escucha activa no es solo un acto de atención, sino un vehículo para comprender las necesidades y puntos de vista de los miembros del equipo”, afirma Comí. Según él, cuando un líder no escucha, pone en riesgo el desarrollo del equipo, destacando así la importancia de esta habilidad en la gestión efectiva.
Preguntar y escuchar vs. ordenar e imponer
Comí subraya la diferencia entre dos estilos de liderazgo: preguntar y escuchar frente a ordenar e imponer. Mientras que el segundo puede generar resistencia, el primero facilita la comunicación y contribuye a un enfoque más efectivo en la resolución de problemas. “Preguntar y escuchar permite que las personas del equipo puedan comunicar sus necesidades y que podamos entenderlas y comprenderlas”.
Beneficios
La práctica de la escucha activa mejora la capacidad de comunicación dentro de los equipos y aumenta la confianza de los líderes, permitiendo alcanzar acuerdos beneficiosos. Cuando los miembros del equipo se sienten escuchados, están más dispuestos a prestar atención a las ideas y opiniones de sus líderes.
Elementos clave de la escucha activa
Concentración en lo verbal y no verbal:
- Prestar atención tanto a las palabras como al comportamiento del interlocutor.
- Demostrar Atención sin Juzgar: Mantener una actitud abierta y receptiva.
- Evitar Interrupciones: Permitir que el interlocutor se exprese completamente.
- Dedicar Tiempo Exclusivo: Reservar tiempo para las conversaciones importantes.
Empatía y comprensión
Comí también resalta la empatía como una habilidad esencial para los líderes. Ponerse en el lugar de la otra persona y centrarse en sus necesidades antes de abordar el asunto en sí es fundamental para una comunicación efectiva. La escucha activa permite analizar, comprender y verificar que todo ha quedado claro, lo cual es primordial para un liderazgo exitoso.
Consejos prácticos para la escucha activa
- Realizar preguntas abiertas para fomentar la comunicación.
- Afrontar los problemas y explorar diversas soluciones.
- Distinguir entre hechos objetivos y opiniones subjetivas.
- Mantener un equilibrio en la participación, hablando la mitad del tiempo que el interlocutor.
- Demostrar comprensión y dar feedback con expresiones como “sí…”, “entiendo…”.
- Utilizar frases como “Quizás quieres decir que pensaste…” o “Si no te he entendido mal…” para clarificar el entendimiento.
- Aclarar puntos específicos cuando se habla con alguien enfadado para evitar malentendidos.
Qué evitar
- No sacar conclusiones basadas en prejuicios.
- No enjuiciar prematuramente sin comprender completamente la situación.
- Evitar el “Síndrome del experto” dando respuestas antes de tiempo.
- No terminar las frases de la otra persona.
- No interrumpir continuamente.
- No dar consejos no solicitados.
- Esperar a que la persona termine de hablar antes de pensar en la respuesta.
El uso del silencio
El silencio puntual es otro recurso importante en la escucha activa. Este puede enfatizar los argumentos, estimular la reflexión, captar la atención del interlocutor, generar expectativas y fomentar la participación activa, promoviendo así un diálogo más enriquecedor.
Pasos para una reunión eficaz entre líderes y equipos
- Iniciar con un elogio breve y positivo.
- Presentar los hechos de manera neutral.
- Solicitar la opinión del colaborador sin buscar excusas ni culpar a terceros.
- Practicar la escucha activa sin interrupciones.
- Reconocer logros y expresar gratitud cuando corresponda.
- Plantear la pregunta: “¿Qué propones tú?”.
- Transmitir confianza genuina en las capacidades del colaborador.
- Alcanzar un compromiso y consenso mutuo sobre los temas discutidos.
En resumen, la escucha activa es una herramienta esencial para los líderes que desean fortalecer sus equipos y fomentar un ambiente de trabajo colaborativo y efectivo. David Comí insiste en que integrar esta práctica en el liderazgo no solo mejora la comunicación, sino que también potencia la resolución de problemas y el desarrollo personal y profesional de los miembros del equipo.