Un estudio liderado por IWG y ARUP revela que el 84% de las empresas que han adoptado el modelo de trabajo híbrido han logrado reducir significativamente su uso de energía y su huella de carbono, destacando los beneficios ambientales y económicos de esta práctica.
En un esfuerzo conjunto por explorar el impacto del trabajo híbrido en la sostenibilidad empresarial, IWG, el principal proveedor de espacios de trabajo flexibles, en colaboración con ARUP, una firma especializada en ingeniería, han realizado un estudio que arroja luz sobre cómo esta modalidad laboral ha impulsado la reducción del consumo de energía y la huella de carbono de las empresas.
El informe, basado en la encuesta a más de 500 líderes empresariales y gestores de instalaciones, señala que el 84% de las empresas que han implementado el trabajo híbrido han experimentado una disminución significativa en su uso de energía. Esto se traduce en un impacto positivo tanto para el medio ambiente como para la rentabilidad de las organizaciones.
Según Mark Dixon, fundador y CEO de IWG, “El cambio global hacia el trabajo híbrido no solo está brindando ventajas en cuanto a la productividad de los profesionales y en el aspecto económico de las empresas, sumado a mejoras en el equilibrio entre el trabajo y la vida personal a los empleados, sino también amplios beneficios ambientales. Esta última investigación confirma que las empresas que han adoptado el modelo híbrido ya han reducido significativamente su uso de energía”.
El informe también destaca que el formato flexible del trabajo ha posibilitado una reducción del uso de energía en casi un 20%, gracias al uso más eficiente del espacio de oficina y al acceso a espacios de trabajo flexibles para los equipos.
La investigación revela que más del 79% de las empresas encuestadas tienen la intención de buscar vías adicionales para mitigar su consumo de energía. Entre las estrategias mencionadas se incluye la reducción del tamaño de los espacios de oficina existentes en el centro de las ciudades, así como el fomento de la utilización de espacios de trabajo más pequeños en áreas suburbanas.
Por otro lado, el estudio resalta que los espacios de trabajo flexibles ubicados en capitales de provincia muestran tasas de ocupación más altas y emiten menos carbono por empleado. Esto refleja una preferencia creciente de los empleados por trabajar en lugares cercanos a sus hogares, minimizando el tiempo y el impacto ambiental asociado con los desplazamientos diarios.
En conclusión, el estudio liderado por IWG y ARUP subraya el papel fundamental del trabajo híbrido en la reducción del consumo de energía y la huella de carbono de las empresas, al tiempo que resalta la importancia de seguir explorando soluciones innovadoras en el ámbito laboral para promover la sostenibilidad ambiental y económica.