El informe Technowonder 2025 de Ipsos revela que, aunque el 71% de la población global ve la tecnología como clave para resolver problemas futuros, persisten preocupaciones sobre su impacto en el empleo, la privacidad y la interacción social. La tecnología es percibida como una “maravilla” y una amenaza, con avances como la IA y la biotecnología generando tanto entusiasmo como inquietud. En Argentina, el 52% de la población está entusiasmada con la IA, pero el 47% siente nerviosismo. El informe subraya la necesidad de un enfoque equilibrado para maximizar los beneficios de la tecnología mientras se abordan sus riesgos.
Ipsos, líder mundial en investigación de mercado y opinión pública, ha presentado su informe Global Trends 2025, destacando la tendencia Technowonders, que refleja la dualidad de la tecnología como herramienta transformadora y, a la vez, como generadora de tensiones sociales. Según el estudio, el 71% de la población global considera que la tecnología es esencial para resolver los desafíos del futuro, como el cambio climático, las crisis sanitarias y los problemas económicos. Sin embargo, persisten preocupaciones sobre su impacto en el empleo, la privacidad y la interacción social.
El informe, basado en una encuesta realizada en 50 mercados que representan el 75% de la población mundial, recopiló más de 50.000 respuestas y cinco millones de puntos de datos. Los resultados muestran que, aunque la tecnología es vista como una “maravilla”, también es percibida como destructiva en 41 de los 50 mercados analizados. Este sentimiento contrasta con el optimismo sobre su potencial para abordar problemas urgentes.
Tecnología: ¿un futuro brillante o incierto?
El informe destaca que la tecnología es un arma de doble filo. Por un lado, avances como la biotecnología y la inteligencia artificial (IA) están revolucionando áreas clave, como la medicina y la ciencia. Ejemplos notables incluyen el desarrollo rápido de vacunas, medicamentos innovadores como los GLP‑1 para la diabetes, y el uso de IA generativa en el descubrimiento de antibióticos. Por otro lado, surgen preocupaciones sobre el uso indebido de datos personales y el impacto de la automatización en el empleo. El 73% de los encuestados teme cómo empresas y gobiernos gestionan su información, mientras que el 78% cree que la pérdida de privacidad es inevitable.
En Argentina, esta dualidad es evidente: el 52% de los argentinos muestra entusiasmo por los productos y servicios impulsados por IA, pero el 47% admite sentir nerviosismo frente a las nuevas tecnologías. Además, el 80% acepta que la pérdida de privacidad es inevitable, y el 74% se preocupa por el uso que empresas y gobiernos dan a la información recopilada en línea.
Redes sociales: percepciones divididas
El informe también revela disparidades en la percepción de las redes sociales. Mientras que en Indonesia el 87% de las personas considera que tienen un impacto positivo, en Países Bajos solo el 24% comparte esa opinión. Esta variabilidad subraya las diferencias culturales y sociales en la experiencia de los beneficios y riesgos de la tecnología.
El dilema de la automatización y el futuro del trabajo
Uno de los temas más controvertidos es el impacto de la automatización y la IA en el empleo. Empresas como Cisco, Microsoft y Google están estudiando cómo estas tecnologías podrían reemplazar puestos de trabajo, una preocupación compartida a nivel global. Martín Tanzariello, Director de Contenidos y Prensa en Ipsos Argentina, señala:
“El temor a la sustitución de trabajos por máquinas es una de las mayores inquietudes. Sin embargo, también vemos oportunidades para crear nuevos roles y mejorar la productividad”.
La necesidad de un enfoque equilibrado
Aunque muchas personas desean desconectarse de sus pantallas, la tecnología está omnipresente en todos los aspectos de la vida, desde el entretenimiento hasta la atención médica. El desafío para las sociedades y las empresas será gestionar los avances de manera responsable, maximizando sus beneficios mientras se mitigan sus riesgos.
Tanzariello concluye:
“Vivimos asombrados por lo que la tecnología puede lograr, pero también nos preocupa que haya ido demasiado lejos. El futuro dependerá de nuestra capacidad para equilibrar estos aspectos y construir un camino que maximice su impacto positivo”.