También interviene el factor suerte para los agraciados en la Lotería de Navidad al disponer de efectivo para adquirir un inmueble.
Cada año, cuando se acerca diciembre, muchos propietarios que están pensando en vender su vivienda se plantean la misma pregunta ¿es buena idea sacar un piso al mercado en plena época navideña?. Tradicionalmente se ha asumido que las fiestas son un periodo poco propicio para las operaciones inmobiliarias, pero la realidad del mercado actual muestra justamente lo contrario. “La Navidad es uno de los momentos más estratégicos para cerrar una venta. Y no solo por razones emocionales, sino también por factores objetivos que benefician tanto al vendedor como al comprador”, afirma Antonio Ortiz, Director de SAFTI España.
En primer lugar, la competencia disminuye notablemente durante las fiestas. Muchos propietarios prefieren esperar a enero para anunciar sus viviendas, creyendo que habrá más movimiento. Esto provoca una reducción natural de la oferta disponible. Para quienes sí deciden publicar su piso en diciembre, esta menor saturación del mercado se traduce en una mayor visibilidad y en un posicionamiento más favorable en los portales inmobiliarios. Es más fácil destacar cuando hay menos anuncios compitiendo por la atención de los compradores.
A esta ventaja se suma un segundo factor, la calidad de los compradores activos en estas fechas. Los interesados que siguen visitando pisos entre Navidad y Año Nuevo suelen ser compradores motivados, con necesidades reales y plazos concretos. Hablamos de familias que quieren mudarse antes del siguiente curso escolar, de parejas con hipoteca preconcedida que no quieren perder la oportunidad, o de inversores que buscan cerrar operaciones antes del cierre fiscal anual.
Otro elemento fundamental es la atmósfera emocional que acompaña a estas semanas. Las viviendas, en general, se perciben más cálidas, acogedoras y vivas durante la Navidad. La iluminación, los detalles decorativos y el ambiente familiar crean una sensación de hogar que, bien gestionada, puede conectar directamente con las expectativas del comprador. “En el sector solemos decir que las personas deciden en pocos segundos si un piso “les encaja” o no, y la Navidad ayuda a que ese flechazo sea más probable. No se trata de recargar la vivienda con adornos, sino de aprovechar la calidez natural de estas fechas para destacar la sensación de bienestar que ofrece el inmueble”, matiza Antonio Ortiz.
Además, cabe señalar la celebración de la Lotería de Navidad, en la que se calcula que cerca de 2000 personas son agraciados con el primer premio. Desde el sector inmobiliario, apoyados por los analistas financieros, se recomienda que una parte importante se destine a la compra o la entrada de una vivienda, como resultado de una buena inversión.
Por otro lado, diciembre es también un mes de mayor disponibilidad de tiempo. Aunque pueda parecer lo contrario, las agendas se flexibilizan gracias a los días festivos, las vacaciones escolares y los periodos de menor carga laboral en muchas empresas. Los compradores tienen más margen para concertar visitas entre semana y para dedicar tiempo a comparar opciones. Como resultado, el proceso de decisión suele acelerarse, beneficiando directamente la rapidez con la que puede cerrarse una venta.
Un factor menos evidente, pero igualmente importante, tiene que ver con el comportamiento de los precios y las negociaciones. En un entorno donde la oferta baja y la demanda motivada se mantiene, las negociaciones tienden a ser más equilibradas. El comprador siente menos urgencia por apretar el precio a la baja, porque tiene menos alternativas disponibles, mientras que el vendedor puede mantener con más tranquilidad su posición inicial. En nuestra experiencia, las operaciones cerradas en diciembre suelen estar más cerca del precio de salida que las firmadas durante los meses de mayor actividad.
Además, desde una perspectiva estratégica, vender en Navidad permite anticiparse a la nueva ola de inmuebles que entra al mercado en enero. Cuando el grueso de los propietarios deciden sacar su piso a partir del día 7, los que ya han captado la atención de los compradores desde diciembre parten con una ventaja clara, ya que sus anuncios ya consolidaron visitas, consultas y negociaciones. En otras palabras, quien se adelanta aprovecha un mes de oro.
“Por último, no podemos ignorar el aspecto psicológico asociado al cierre de ciclo. Muchas personas tienen una predisposición especial a tomar decisiones importantes a final de año. El momento invita a proyectar nuevos comienzos, reorganizar prioridades y avanzar con objetivos largamente pospuestos. Vender o comprar una vivienda encaja perfectamente en ese impulso renovador”, el director general de SAFTI.
