Un infor­me de Inter­na­tio­nal Work­pla­ce Group reve­la que el 71% de las muje­res con­si­de­ra que el tra­ba­jo híbri­do es fun­da­men­tal para su desa­rro­llo pro­fe­sio­nal. Ade­más, el 64% ase­gu­ra que la fle­xi­bi­li­dad labo­ral ha impul­sa­do su carre­ra, superan­do en impor­tan­cia inclu­so al per­mi­so paren­tal retri­bui­do.

Un nue­vo estu­dio de Inter­na­tio­nal Work­pla­ce Group con­fir­ma que el tra­ba­jo híbri­do es una herra­mien­ta cla­ve para impul­sar la igual­dad de géne­ro y el cre­ci­mien­to pro­fe­sio­nal de las muje­res. Según la inves­ti­ga­ción, rea­li­za­da con más de 1.000 muje­res tra­ba­ja­do­ras, el 71% con­si­de­ra que este mode­lo de tra­ba­jo ha teni­do un impac­to posi­ti­vo en su carre­ra, al per­mi­tir­les ges­tio­nar su tiem­po entre dis­tin­tos espa­cios labo­ra­les.

Los datos del estu­dio mues­tran que el tra­ba­jo híbri­do es casi el doble de impor­tan­te (64%) que el per­mi­so paren­tal retri­bui­do (35%) para apo­yar a las muje­res en el entorno labo­ral. Entre sus prin­ci­pa­les bene­fi­cios des­ta­can la mejo­ra del equi­li­brio entre vida per­so­nal y pro­fe­sio­nal (56%), la mayor fle­xi­bi­li­dad (58%) y la reduc­ción del tiem­po de des­pla­za­mien­to (53%).

En Espa­ña, la con­ci­lia­ción labo­ral sigue sien­do un reto, ya que las muje­res dedi­can una media de 4,5 horas dia­rias al tra­ba­jo no remu­ne­ra­do, fren­te a las 2,3 horas de los hom­bres, según datos del Ins­ti­tu­to Nacio­nal de Esta­dís­ti­ca. En este con­tex­to, la posi­bi­li­dad de tra­ba­jar más cer­ca de casa se con­vier­te en un fac­tor cru­cial para el 75% de las encues­ta­das.

Los bene­fi­cios del tra­ba­jo híbri­do no solo impac­tan a las tra­ba­ja­do­ras, sino tam­bién a las empre­sas. El estu­dio de IWG reve­la que el 69% de las com­pa­ñías que han imple­men­ta­do mode­los fle­xi­bles han vis­to mejo­ras en la pro­duc­ti­vi­dad y la reten­ción de talen­to. Ade­más, una inves­ti­ga­ción de McKin­sey seña­la que las empre­sas con más de un 30% de muje­res en su plan­ti­lla tie­nen mayo­res pro­ba­bi­li­da­des de obte­ner mejo­res resul­ta­dos finan­cie­ros.

Según Fati­ma Koning, CCO de Inter­na­tio­nal Work­pla­ce Group Plc, “este estu­dio pone de relie­ve cómo la fle­xi­bi­li­dad y el tra­ba­jo híbri­do son esen­cia­les para la igual­dad de géne­ro, el cre­ci­mien­to pro­fe­sio­nal de las muje­res y el aumen­to de la pro­duc­ti­vi­dad empre­sa­rial”.

La mayo­ría de las muje­res encues­ta­das con­si­de­ra que el tra­ba­jo fle­xi­ble ha con­tri­bui­do a equi­li­brar las opor­tu­ni­da­des en el entorno labo­ral. Ade­más, un 56% ase­gu­ra que ha con­se­gui­do ascen­sos gra­cias a esta moda­li­dad y el 52% afir­ma que la fle­xi­bi­li­dad ha sido un fac­tor deter­mi­nan­te en su desa­rro­llo pro­fe­sio­nal.

A pesar de estos avan­ces, la bre­cha de géne­ro sigue sien­do un desa­fío. Según el Foro Eco­nó­mi­co Mun­dial, la pari­dad de géne­ro no se alcan­za­rá has­ta el año 2.158 si se man­tie­ne el rit­mo actual de avan­ces. Sin embar­go, el 53% de las muje­res cree que la fle­xi­bi­li­dad labo­ral pue­de ace­le­rar este pro­ce­so.

En Espa­ña, la tasa de empleo feme­nino sigue estan­do por deba­jo de la mas­cu­li­na, según el INE. Ade­más, las muje­res dedi­can el doble de tiem­po que los hom­bres al cui­da­do de fami­lia­res, lo que refuer­za la nece­si­dad de mode­los de tra­ba­jo más fle­xi­bles para garan­ti­zar su per­ma­nen­cia en el mer­ca­do labo­ral.

El infor­me tam­bién des­ta­ca el impac­to del mode­lo híbri­do en la pro­duc­ti­vi­dad. Un 82% de las encues­ta­das afir­ma que su ren­di­mien­to mejo­ra cuan­do pue­de ele­gir des­de dón­de tra­ba­jar. Esta ten­den­cia es res­pal­da­da por un estu­dio del pro­fe­sor Nicho­las Bloom, de la Uni­ver­si­dad de Stan­ford, que demues­tra que el tra­ba­jo híbri­do incre­men­ta la pro­duc­ti­vi­dad entre un 3% y un 4%.

Una de las prin­ci­pa­les barre­ras que enfren­tan las muje­res en el mer­ca­do labo­ral son los des­pla­za­mien­tos lar­gos y cos­to­sos, espe­cial­men­te para aque­llas con res­pon­sa­bi­li­da­des fami­lia­res. Sin embar­go, el 68% de las encues­ta­das afir­ma que la fle­xi­bi­li­dad del tra­ba­jo híbri­do les ha per­mi­ti­do con­ti­nuar con su carre­ra pro­fe­sio­nal en lugar de aban­do­nar­la. Esto no solo favo­re­ce el cre­ci­mien­to de las muje­res en el mer­ca­do labo­ral, sino que tam­bién con­tri­bu­ye a mejo­rar la pro­duc­ti­vi­dad gene­ral de las empre­sas y la eco­no­mía.

En Espa­ña, el tele­tra­ba­jo ha expe­ri­men­ta­do un cre­ci­mien­to sig­ni­fi­ca­ti­vo en los últi­mos años. Según datos del INE, en 2023, el 14,6% de los emplea­dos tra­ba­ja­ban des­de casa al menos oca­sio­nal­men­te, en com­pa­ra­ción con el 8,3% de 2019. Este incre­men­to sub­ra­ya la impor­tan­cia del tra­ba­jo híbri­do como herra­mien­ta cla­ve para la reten­ción del talen­to.

Según el estu­dio de IWG, el 84% de las muje­res con­si­de­ra que la fle­xi­bi­li­dad labo­ral es un cri­te­rio fun­da­men­tal a la hora de ele­gir un empleo. Ade­más, el 58% de ellas afir­ma que deja­ría su tra­ba­jo si se vie­ra obli­ga­da a rea­li­zar des­pla­za­mien­tos lar­gos cada día. En el gru­po de muje­res de entre 25 y 34 años, una eta­pa cru­cial para el desa­rro­llo pro­fe­sio­nal, este por­cen­ta­je ascien­de al 62%.

En este sen­ti­do, Mark Dixon, CEO de Inter­na­tio­nal Work­pla­ce Group Plc, des­ta­ca: “Las empre­sas que prio­ri­cen mode­los de tra­ba­jo fle­xi­ble e híbri­do obten­drán una ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va en la cap­ta­ción y reten­ción del mejor talen­to feme­nino. Pero los bene­fi­cios no ter­mi­nan ahí. El tra­ba­jo híbri­do tam­bién ha demos­tra­do mejo­rar la pro­duc­ti­vi­dad y redu­cir los cos­tes ope­ra­ti­vos, lo que lo con­vier­te en un fac­tor esen­cial para el éxi­to empre­sa­rial, impul­san­do tan­to la reten­ción de talen­to como una mayor ren­ta­bi­li­dad”.

El infor­me de IWG reafir­ma así el papel cla­ve del tra­ba­jo híbri­do en el desa­rro­llo pro­fe­sio­nal de las muje­res y la crea­ción de un entorno labo­ral más equi­ta­ti­vo. La fle­xi­bi­li­dad se per­fi­la no solo como un bene­fi­cio, sino como una nece­si­dad para garan­ti­zar la igual­dad de opor­tu­ni­da­des y el cre­ci­mien­to empre­sa­rial en el futu­ro.