El recien­te apa­gón digi­tal que afec­tó a millo­nes en Espa­ña y Por­tu­gal ha pues­to sobre la mesa una reali­dad que la mayo­ría de los ciu­da­da­nos ya intuía: el dine­ro en efec­ti­vo sigue sien­do un recur­so impres­cin­di­ble en situa­cio­nes de emer­gen­cia. Así lo con­fir­ma un estu­dio de Nic­kel, que reve­la que el 90% de los espa­ño­les ya con­si­de­ra­ban a prin­ci­pios de año que el efec­ti­vo era esen­cial ante posi­bles fallos del sis­te­ma digi­tal.

El recien­te apa­gón masi­vo que dejó sin elec­tri­ci­dad y sin acce­so a inter­net a millo­nes de per­so­nas en la penín­su­la ibé­ri­ca ha teni­do una con­se­cuen­cia ines­pe­ra­da: refor­zar la per­cep­ción del efec­ti­vo como un medio de pago indis­pen­sa­ble en tiem­pos de cri­sis. Aun­que para muchos el colap­so de los sis­te­mas digi­ta­les fue un duro recor­da­to­rio de nues­tra depen­den­cia tec­no­ló­gi­ca, para la mayo­ría de los ciu­da­da­nos espa­ño­les esta posi­bi­li­dad no era nin­gu­na sor­pre­sa.

Así lo refle­ja la IV edi­ción del estu­dio ‘Per­cep­ción y hábi­tos de los espa­ño­les res­pec­to al sec­tor ban­ca­rio’, rea­li­za­do por Nic­kel, la cuen­ta corrien­te que pue­de abrir­se en estan­cos y lote­rías. El infor­me, ela­bo­ra­do a prin­ci­pios de este año, ya reco­gía una adver­ten­cia cla­ra: 9 de cada 10 espa­ño­les  con­si­de­ra­ban enton­ces que el dine­ro en efec­ti­vo jue­ga un papel esen­cial en situa­cio­nes de emer­gen­cia.

La inves­ti­ga­ción cobra espe­cial rele­van­cia tras el recien­te epi­so­dio de des­co­ne­xión for­zo­sa vivi­do en Espa­ña y Por­tu­gal, que evi­den­ció las limi­ta­cio­nes de una infra­es­truc­tu­ra digi­tal que, aun­que avan­za­da, no es infa­li­ble. Según Nic­kel, “el 58,5% de los encues­ta­dos ya des­ta­ca­ban el efec­ti­vo como la mejor opción para pro­te­ger­se ante poten­cia­les caí­das del sis­te­ma o ciber­ata­ques”, un dato que pone en relie­ve la cre­cien­te con­cien­cia ciu­da­da­na sobre los ries­gos de una digi­ta­li­za­ción total.

El infor­me de Nic­kel seña­la que el 53% de los encues­ta­dos con­si­de­ra que el efec­ti­vo es esen­cial cuan­do no hay acce­so a inter­net o los sis­te­mas digi­ta­les fallan, mien­tras que un 26% valo­ra su uti­li­dad para afron­tar gas­tos bási­cos en ese tipo de con­tex­tos. Ade­más, un 17% des­ta­ca que apor­ta tran­qui­li­dad y segu­ri­dad ante la incer­ti­dum­bre. En el lado opues­to, solo un 4% dice con­fiar ple­na­men­te en los ser­vi­cios digi­ta­les en situa­cio­nes de emer­gen­cia.

Estas cifras dejan cla­ro que el temor a un fallo tec­no­ló­gi­co gene­ra­li­za­do no es un tema mar­gi­nal, sino una preo­cu­pa­ción exten­di­da y trans­ver­sal. “Que el 96% de los ciu­da­da­nos des­ta­que la impor­tan­cia del efec­ti­vo ante un posi­ble apa­gón digi­tal no es casua­li­dad, sino la prue­ba de una per­cep­ción gene­ra­li­za­da de cier­ta fra­gi­li­dad fren­te a una exce­si­va depen­den­cia de lo digi­tal”, seña­la el infor­me.

Uno de los aspec­tos más intere­san­tes del estu­dio es el aná­li­sis por fran­jas de edad. Tra­di­cio­nal­men­te, se ha asu­mi­do que los jóve­nes tie­nen menos ape­go al efec­ti­vo, mien­tras que las per­so­nas mayo­res lo uti­li­zan con mayor fre­cuen­cia. Sin embar­go, los resul­ta­dos des­mien­ten par­cial­men­te esta creen­cia.

Entre los mayo­res de 65 años, el 69% con­si­de­ra que el efec­ti­vo es esen­cial en situa­cio­nes de emer­gen­cia como apa­go­nes o catás­tro­fes natu­ra­les, muy por enci­ma del pro­me­dio nacio­nal. Esta valo­ra­ción se expli­ca por una mayor expe­rien­cia y una cul­tu­ra finan­cie­ra más orien­ta­da al uso del dine­ro físi­co.

Por otro lado, los jóve­nes de entre 18 y 30 años, aun­que uti­li­zan menos el efec­ti­vo en su vida dia­ria, mues­tran una con­cien­cia sor­pren­den­te­men­te alta sobre su impor­tan­cia estra­té­gi­ca: el 74% de este gru­po cree que el efec­ti­vo es la mejor pro­tec­ción ante fallos tec­no­ló­gi­cos o ciber­ata­ques, superan­do inclu­so a los gru­pos de más edad en esta per­cep­ción.

La orga­ni­za­ción Pla­ta­for­ma Dena­ria, que defien­de el uso del dine­ro físi­co como un dere­cho ciu­da­dano y una herra­mien­ta de inclu­sión, con­si­de­ra que es fun­da­men­tal pro­te­ger el acce­so al efec­ti­vo como pilar de resi­lien­cia eco­nó­mi­ca y social. Esta afir­ma­ción encuen­tra res­pal­do en los datos del estu­dio de Nic­kel, que demues­tra que el uso del efec­ti­vo sigue estan­do muy pre­sen­te en la vida coti­dia­na de los espa­ño­les.

Según el infor­me, el 73% de la pobla­ción uti­li­za el efec­ti­vo al menos una vez por sema­na, y el 42% lo hace a dia­rio o casi a dia­rio. Estos por­cen­ta­jes se han man­te­ni­do esta­bles res­pec­to al año ante­rior, lo que demues­tra que, a pesar del cre­ci­mien­to de los pagos digi­ta­les, el dine­ro en efec­ti­vo no ha per­di­do su rele­van­cia.

En un con­tex­to mar­ca­do por el avan­ce impa­ra­ble de la tec­no­lo­gía finan­cie­ra y los pagos elec­tró­ni­cos, el estu­dio de Nic­kel sub­ra­ya la nece­si­dad de man­te­ner una infra­es­truc­tu­ra de pagos diver­si­fi­ca­da y robus­ta, capaz de fun­cio­nar inclu­so cuan­do la red digi­tal colap­sa.

La con­clu­sión del infor­me es cla­ra: la socie­dad espa­ño­la no está dis­pues­ta a renun­ciar al efec­ti­vo, espe­cial­men­te cuan­do se enfren­ta a situa­cio­nes de vul­ne­ra­bi­li­dad como catás­tro­fes natu­ra­les o apa­go­nes digi­ta­les. Aun­que los medios de pago digi­ta­les ofre­cen como­di­dad y rapi­dez, no pue­den garan­ti­zar la ope­ra­ti­vi­dad en todos los esce­na­rios.

En pala­bras del estu­dio: “la alta con­cien­cia sobre los lími­tes de la digi­ta­li­za­ción total y la nece­si­dad de con­tar con medios de pago alter­na­ti­vos ante posi­bles fallos o inci­den­tes es ya una reali­dad con­so­li­da­da”.

Así, el apa­gón que para­li­zó duran­te horas a dos paí­ses ha ser­vi­do para recor­dar que, en un mun­do digi­tal­men­te inter­co­nec­ta­do pero tec­no­ló­gi­ca­men­te frá­gil, el dine­ro en efec­ti­vo sigue sien­do un sal­va­vi­das insus­ti­tui­ble.