Un estudio de KPMG en colaboración con Bolt analiza el impacto de las tarifas flexibles en el sector del transporte urbano y revela que su aplicación en las VTC puede generar ahorros significativos para los usuarios. Además, el informe señala la necesidad de un mayor número de licencias VTC en Barcelona para mejorar la competitividad y disponibilidad del servicio.
Un análisis elaborado por KPMG en colaboración con Bolt, plataforma líder en movilidad urbana en Europa, ha puesto de manifiesto las ventajas económicas de las tarifas flexibles aplicadas a los vehículos de transporte con conductor (VTC) frente a los modelos regulados y estáticos de los taxis tradicionales. El informe concluye que la aplicación de tarifas flexibles puede representar un ahorro significativo para los usuarios, así como una mayor competitividad en el sector del transporte urbano.
El estudio revela que en tan solo el 4% de los casos, el multiplicador de su tarifa base superó el 1,5. En contraste, si los mismos trayectos hubieran seguido el modelo tarifario fijo del taxi, se habría generado un sobrecoste en el 94% de las ocasiones, con un incremento promedio del 20,6% en el precio por minuto. Como resultado, la tarifa media por viaje habría sido 4,31 euros más cara.
La estructura de tarifas del taxi en Barcelona también fue objeto de análisis. En la actualidad, la regulación divide las tarifas en dos franjas horarias principales: la tarifa diurna, vigente de lunes a viernes entre las 8:00 y las 19:00 horas, y la tarifa nocturna y de fin de semana, aplicable en el resto de horarios. Mientras que la franja diurna abarca el 39% de las horas anuales, la nocturna y de fin de semana representa el 61%. Este modelo tarifario encarece los desplazamientos fuera del horario laboral convencional y limita la flexibilidad de precios en función de la demanda.
El director general de Bolt España, Daniel Georges, destacó la importancia de este estudio para la evolución del sector del transporte urbano: “El análisis confirma que las tarifas flexibles, como las de Bolt, hacen que el transporte urbano sea más asequible y accesible para todos. Potenciar el mercado digital del taxi no sólo se traduciría en mejores precios para el usuario, sino que se incrementaría sustancialmente el número de viajes para los taxis, reduciendo los trayectos en vacío y aumentando la facturación, especialmente en las horas punta”.
Además de los aspectos económicos, el informe de KPMG también pone en evidencia la escasez de licencias de VTC en Barcelona en comparación con otras ciudades europeas. Actualmente, la ciudad cuenta con 3,30 licencias de VTC por cada 1.000 habitantes, una cifra significativamente inferior a las 5,82 de París o las 8,46 de Lisboa. Según el informe, para alcanzar un nivel óptimo de servicio en un escenario conservador, serían necesarias 1.774 licencias adicionales y 1.840 licencias estacionales sobre las 693 actuales. En un escenario equiparable al de París, la cantidad de licencias requeridas ascendería a 5.073 permanentes y 3.051 estacionales.
Esta situación, según el estudio, limita las opciones de movilidad de los ciudadanos y restringe la competencia en el sector, afectando tanto a los usuarios como a los conductores. En ciudades como París o Lisboa, la mayor oferta de VTC ha permitido reducir los tiempos de espera, mejorar la accesibilidad del servicio y ajustar los precios de forma más eficiente en función de la demanda.
En este sentido, Georges insistió en la necesidad de revisar la regulación del sector para facilitar la adopción de modelos más flexibles y eficientes: “En la práctica, se trataría de aplicar en tiempo real las variaciones tarifarias que ya existen definidas de antemano”. Además, recalcó que una mayor digitalización del sector del taxi permitiría optimizar su rendimiento y ofrecer tarifas más competitivas sin perjudicar a los profesionales del sector.
El debate sobre la regulación de las VTC y los taxis en España sigue siendo un tema de actualidad. Mientras que las asociaciones del taxi defienden la necesidad de mantener una regulación estricta para garantizar la estabilidad del sector, empresas como Bolt apuestan por una mayor flexibilidad tarifaria y un aumento de licencias que permita mejorar la calidad y accesibilidad del servicio.
El estudio de KPMG y Bolt aporta datos relevantes para este debate, al demostrar que las tarifas flexibles pueden beneficiar tanto a los usuarios como a los conductores al aumentar la competitividad del sector. La cuestión ahora es si la administración tomará medidas para adaptar la regulación a las nuevas necesidades del mercado y favorecer un modelo de movilidad más dinámico y eficiente en ciudades como Barcelona.