La presión, la sobrecarga de trabajo y la falta de apoyo estratégico están impulsando una fuga de talento sin precedentes en la alta dirección. Según una encuesta de Gartner realizada a 200 altos ejecutivos, el 56% de los miembros del C‑Suite, excluyendo a los CHRO (Chief Human Resources Officer), considera “probable o extremadamente probable” abandonar su puesto en los próximos dos años.
Este fenómeno refleja la creciente insatisfacción entre los líderes empresariales, que enfrentan un entorno cada vez más complejo y volátil. Carme Castro, CEO de Kainova y experta en estrategias innovadoras de talento, advierte que la clave para revertir esta tendencia radica en la colaboración estrecha entre el CEO, el CHRO y el resto de la alta dirección.
“Las empresas invierten millones en fidelizar talento, pero a menudo descuidan a sus propios líderes, quienes han de ser estrategas eficaces para guiar a sus equipos en procesos de transformación”, señala Castro. La experta subraya que la alianza entre el CEO y el CHRO es fundamental para garantizar que los líderes reciban el acompañamiento necesario para desarrollar la mentalidad, habilidades y herramientas que exige el actual entorno de mercado hipercomplejo.
La falta de apoyo al liderazgo, junto con la presión por obtener resultados rápidos, puede desencadenar altos niveles de estrés, aumentar la rotación y deteriorar la cohesión organizacional. “En Kainova creemos que si no se cuida al C‑Suite, la empresa acabará sin dirección. Pero, cuando el liderazgo coloca el talento en el centro de su estrategia, no solo impulsa el crecimiento del negocio, sino que también crea un entorno en el que los altos directivos evolucionan juntos como lo hace el resto de los equipos”, explica Castro.
Sin embargo, muchas organizaciones siguen ancladas en métodos de trabajo tradicionales que no responden a las nuevas necesidades del mercado. Para Castro, es imprescindible que el CHRO deje de ser solo un gestor de recursos humanos y se consolide como un aliado estratégico del CEO. Esta colaboración no solo fortalece la credibilidad y visibilidad de la función de recursos humanos, sino que también permite gestionar el cambio de forma integral.
“El éxito a largo plazo depende de una colaboración estrecha y complementaria, ya que sin los recursos adecuados o en un entorno marcado por conflictos internos, es imposible avanzar y generar un cambio real”, apunta Castro.
La transformación cultural y organizacional debe ir acompañada de programas de acompañamiento para los líderes, que aseguren que los directivos reciban el apoyo necesario para gestionar el estrés, mejorar su resiliencia y adaptarse al cambio.
El estudio de Gartner pone de manifiesto que el rol del CHRO es más estratégico que nunca. Según Castro, la dirección de personas juega un papel central en cualquier proceso de transformación, asegurando que los líderes de todos los niveles reciban el acompañamiento necesario para afrontar el cambio de manera efectiva.
“Cuando el liderazgo coloca el talento en el centro de su estrategia, no solo impulsa el crecimiento del negocio, sino que también crea un entorno en el que los altos directivos evolucionan juntos”, destaca la CEO de Kainova. Esta visión contribuye a fortalecer la cohesión, la resiliencia y la capacidad de adaptación de la empresa, asegurando su sostenibilidad a largo plazo.
En un entorno marcado por la incertidumbre, la clave para retener el talento directivo pasa por transformar la cultura organizacional, acompañar a los líderes en su desarrollo y consolidar la colaboración entre el CEO, el CHRO y el resto de la cúpula directiva. Solo así las empresas podrán afrontar con éxito los desafíos del futuro y evitar una fuga de talento que podría poner en riesgo su sostenibilidad.