En 2025, el tra­ba­jo híbri­do con­so­li­da­rá su lugar como la opción pre­fe­ri­da por emplea­dos y empre­sas, seña­lán­do­se como un mode­lo que prio­ri­za la pro­duc­ti­vi­dad y la satis­fac­ción labo­ral. Un infor­me de Inter­na­tio­nal Work­pla­ce Group des­ta­ca las diez ten­den­cias que defi­ni­rán el pano­ra­ma labo­ral, con la tec­no­lo­gía y la fle­xi­bi­li­dad como pro­ta­go­nis­tas indis­cu­ti­bles.

La evo­lu­ción del mun­do labo­ral no se detie­ne, y 2025 pro­me­te estar mar­ca­do por avan­ces tec­no­ló­gi­cos y una cla­ra prio­ri­dad en la satis­fac­ción y pro­duc­ti­vi­dad de los tra­ba­ja­do­res. En con­tras­te con 2024, cuan­do el retorno a las ofi­ci­nas pre­sen­cia­les ocu­pó un lugar cen­tral, el nue­vo año refuer­za el mode­lo de tra­ba­jo híbri­do como la opción pre­di­lec­ta tan­to para emplea­dos como para emplea­do­res. Así lo des­ta­ca Inter­na­tio­nal Work­pla­ce Group (IWG), líder mun­dial en solu­cio­nes y espa­cios de tra­ba­jo fle­xi­bles, en su infor­me sobre las 10 prin­ci­pa­les ten­den­cias del tra­ba­jo para este año.

  1. Recha­zo a la vuel­ta total a las ofi­ci­nas. El retorno obli­ga­to­rio a ofi­ci­nas pre­sen­cia­les gene­ra recha­zo entre los emplea­dos. Según una inves­ti­ga­ción de IWG, el 73% de los tra­ba­ja­do­res de gran­des com­pa­ñías se opo­ne a estas polí­ti­cas. Este mode­lo incre­men­ta la satis­fac­ción y pro­duc­ti­vi­dad de los equi­pos. “El tra­ba­jo híbri­do impul­sa la pro­duc­ti­vi­dad y la moti­va­ción de los emplea­dos”, afir­ma Mark Dixon, CEO de IWG.
  2. Resul­ta­dos por enci­ma de horas tra­ba­ja­das. El enfo­que empre­sa­rial se ale­ja­rá de las jor­na­das labo­ra­les tra­di­cio­na­les. Más del 80% de los exper­tos en recur­sos huma­nos creen que medir el desem­pe­ño por resul­ta­dos mejo­ra la pro­duc­ti­vi­dad. Ade­más, estu­dios del pro­fe­sor Nicho­las Bloom reve­lan que este mode­lo aumen­ta la pro­duc­ti­vi­dad pro­me­dio entre un 3% y un 4%.
  3. Auge de los espa­cios fle­xi­bles para PYMEs y star­tups. Las peque­ñas y media­nas empre­sas (PYMEs) y star­tups, que repre­sen­tan el 40% del empleo mun­dial, deman­dan cada vez más espa­cios de tra­ba­jo fle­xi­bles en zonas resi­den­cia­les y periur­ba­nas. Con más de 4,500 ubi­ca­cio­nes glo­ba­les, mar­cas como Regus y Spa­ces de IWG lide­ran este mer­ca­do.
  4. Cre­ci­mien­to de las ciu­da­des dor­mi­to­rio. El tra­ba­jo híbri­do tam­bién impul­sa el desa­rro­llo de áreas metro­po­li­ta­nas y ciu­da­des dor­mi­to­rio. En Espa­ña, Alco­ben­das y Sant Cugat del Vallès des­ta­can como cen­tros de acti­vi­dad eco­nó­mi­ca local, con ofi­ci­nas fle­xi­bles que eli­mi­nan los lar­gos des­pla­za­mien­tos dia­rios.
  5. Gene­ra­ción Z y fle­xi­bi­li­dad labo­ral. En 2025, la Gene­ra­ción Z cons­ti­tui­rá un ter­cio de la fuer­za labo­ral. Estos jóve­nes pro­fe­sio­na­les valo­ran el equi­li­brio entre vida y tra­ba­jo, pre­fi­rien­do empleos que res­pe­ten su bien­es­tar. Según IWG, dos ter­cios de los recién gra­dua­dos recha­zan des­pla­zar­se dia­ria­men­te.
  6. Aho­rro eco­nó­mi­co y tiem­po. El mode­lo híbri­do per­mi­te aho­rrar has­ta 30.000 euros anua­les por tra­ba­ja­dor en cos­tos de trans­por­te, según un estu­dio de IWG en cola­bo­ra­ción con Deve­lop­ment Eco­no­mics. Este bene­fi­cio es espe­cial­men­te valio­so en un con­tex­to de infla­ción glo­bal.
  7. Mejo­ra en la con­ci­lia­ción y equi­dad de géne­ro. El tra­ba­jo híbri­do fomen­ta la inclu­sión feme­ni­na en pues­tos de lide­raz­go. Estu­dios indi­can que el 60% de las muje­res per­ci­be opor­tu­ni­da­des de desa­rro­llo gra­cias a la fle­xi­bi­li­dad labo­ral. “La diver­si­dad impul­sa la ren­ta­bi­li­dad y res­pon­sa­bi­li­dad cor­po­ra­ti­va”, des­ta­ca Dixon.
  8. Dere­cho a des­co­nec­tar. Paí­ses como Fran­cia, Gre­cia y Espa­ña lide­ran leyes para garan­ti­zar la des­co­ne­xión digi­tal. En diciem­bre de 2024, Espa­ña apro­bó una reduc­ción de la jor­na­da labo­ral a 37.5 horas sema­na­les, pro­mo­vien­do un mayor equi­li­brio entre vida per­so­nal y pro­fe­sio­nal.
  9. Tra­ba­jo híbri­do como ven­ta­ja com­pe­ti­ti­va. Las empre­sas que prio­ri­cen la fle­xi­bi­li­dad ten­drán ven­ta­jas com­pe­ti­ti­vas. Estu­dios des­ta­can que esta moda­li­dad redu­ce el estrés y mejo­ra la salud gene­ral de los emplea­dos, incre­men­tan­do su com­pro­mi­so.
  10. Trans­for­ma­ción urba­na. El tra­ba­jo híbri­do está rede­fi­nien­do los cen­tros urba­nos. Los desa­rro­llos de uso mix­to, que com­bi­nan vivien­das, ofi­ci­nas y espa­cios de ocio, ganan pro­ta­go­nis­mo en esta nue­va era labo­ral.

Mark Dixon con­clu­ye: “El tra­ba­jo híbri­do es una solu­ción sos­te­ni­ble y resi­lien­te que está revo­lu­cio­nan­do el pano­ra­ma labo­ral. En 2025, empre­sas y emplea­dos segui­rán apos­tan­do por este mode­lo que prio­ri­za la pro­duc­ti­vi­dad, el bien­es­tar y la sos­te­ni­bi­li­dad”.