España enfrenta una notable disminución en la demanda de bicicletas y patinetes eléctricos en 2024, liderando la caída en Europa con un descenso del 70 % y 44 %, respectivamente. La retirada de los patinetes eléctricos compartidos en Madrid agrava la situación, mientras otros países europeos mantienen su apuesta por la micromovilidad.
El panorama de la movilidad eléctrica en España vive un momento de crisis en 2024, tras registrar una disminución drástica en la demanda de bicicletas y patinetes eléctricos. Un reciente estudio de la plataforma de comparación de precios idealo.es revela que la búsqueda de bicicletas eléctricas ha caído más del 70 % en comparación con el año anterior, mientras que la demanda de patinetes eléctricos ha descendido un 44 %. Estos datos no solo destacan a España como el país con la mayor caída en la adopción de soluciones de micromovilidad eléctrica en Europa, sino que también muestran un fenómeno de preocupación generalizada en todo el continente.
Según el informe, la demanda de estos medios de transporte ha sufrido una caída en varios países europeos, como Francia, Italia y Alemania. Sin embargo, es España quien lidera este descenso. Esta tendencia se produce en un momento en el que la capital del país, Madrid, toma una decisión clave: la desaparición de los patinetes eléctricos compartidos. A partir de octubre de 2024, las empresas que operaban estos vehículos, como Dott, Lime y Tier Mobility, han visto revocadas sus licencias por parte del Ayuntamiento. Esta medida representa un revés para una de las opciones de micromovilidad más consolidadas en otras grandes ciudades europeas.
El responsable de comunicación de idealo.es, Kike Aganzo, señala que la situación en España está directamente relacionada con la falta de consolidación de políticas que favorezcan la movilidad eléctrica. “Mientras otros países europeos avanzan en la adopción de la micromovilidad eléctrica, España parece haberse quedado rezagada tras un auge inicial en la demanda y adopción de estas soluciones”, comenta Aganzo. Además, apunta que “la caída en las búsquedas de bicicletas y patinetes eléctricos en 2024 es un claro reflejo de los desafíos que enfrenta España para ponerse al día con sus vecinos europeos en materia de movilidad”.
Comparación con otros países europeos
La tendencia negativa no es exclusiva de España. Según los datos de idealo.es, Francia también ha experimentado una disminución notable en la demanda de bicicletas eléctricas, con un 73 % de descenso, mientras que la caída en los patinetes eléctricos fue más moderada, con un 11 %. Italia, por su parte, ha registrado una reducción del 41 % en bicicletas y del 26 % en patinetes eléctricos, lo que indica que los mercados europeos enfrentan desafíos similares en cuanto a la adopción de estas soluciones de transporte.
No obstante, algunos países muestran una mayor resiliencia ante esta situación. Alemania, por ejemplo, ha visto caídas más leves, con un descenso del 18 % en bicicletas eléctricas y del 17 % en patinetes, lo que le ha permitido mantenerse a la cabeza en cuanto a la adopción de la micromovilidad en Europa. Austria y el Reino Unido también presentan cifras menos preocupantes, e incluso en el Reino Unido se observa un incremento en la demanda de bicicletas eléctricas, con un aumento del 7 % y del 13 %, respectivamente. Sin embargo, ambos países igualan la caída del 31 % en patinetes eléctricos.
Este contraste entre España y otros países europeos pone de manifiesto las diferencias en las políticas de movilidad sostenible. Mientras en Alemania y el Reino Unido se están implementando medidas que fomentan el uso de soluciones de micromovilidad, en España la falta de incentivos parece haber generado un estancamiento. La revocación de las licencias de los patinetes eléctricos compartidos en Madrid, una medida que va en contra de las tendencias observadas en otras ciudades europeas, agrava aún más este escenario.
Micromovilidad en declive: ¿burbuja o ajuste necesario?
El retroceso en la adopción de bicicletas y patinetes eléctricos en España reabre el debate sobre si la micromovilidad eléctrica era una tendencia pasajera o si se trata de un ajuste natural tras un periodo de crecimiento desmesurado. Kike Aganzo plantea la cuestión de si estamos ante “una burbuja o una apuesta en firme hacia la micromovilidad eléctrica”, una duda que se refuerza con la medida adoptada por el Ayuntamiento de Madrid.
La desaparición de los patinetes eléctricos compartidos en la capital ha generado un debate en la sociedad madrileña, que se divide entre quienes consideran que esta medida contribuirá a mejorar la ordenación del tráfico y quienes ven en ella una regresión en cuanto a soluciones de transporte sostenibles. Empresas como Dott, Lime y Tier Mobility han expresado su decepción ante la revocación de sus licencias, ya que consideran que los patinetes eléctricos son una solución efectiva para reducir la congestión y la contaminación en las grandes ciudades.
A pesar de los desafíos, la micromovilidad eléctrica continúa siendo un tema central en la agenda de los gobiernos europeos. En este sentido, se espera que España reciba más presión para alinear sus políticas de movilidad con las de sus vecinos europeos. Las iniciativas que se adopten en los próximos meses serán cruciales para determinar si España podrá recuperarse de este retroceso o si seguirá perdiendo terreno en la carrera hacia la movilidad sostenible.
En conclusión, mientras otros países europeos consolidan sus avances en movilidad eléctrica, España enfrenta un retroceso significativo en la demanda de bicicletas y patinetes eléctricos, agravado por la revocación de las licencias de los patinetes compartidos en Madrid. La caída del 70 % en la demanda de bicicletas y del 44 % en patinetes revela la magnitud del desafío que enfrenta el país en un sector clave para el futuro de la movilidad urbana.