En un con­tex­to en el que la eco­no­mía nacio­nal lucha por man­te­ner­se com­pe­ti­ti­va den­tro del mar­co euro­peo, ha lle­ga­do un pun­to en el que es nece­sa­rio replan­tear los mode­los de tra­ba­jo para alcan­zar una mejo­ra tan­to en la cali­dad de vida de los tra­ba­ja­do­res como en la de los empre­sa­rios, sin poner en ries­go el bene­fi­cio y cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co. Es por esto que la actua­li­dad labo­ral espa­ño­la se enfren­ta a impor­tan­tes desa­fíos con res­pec­to a la pro­duc­ti­vi­dad, la reduc­ción de la jor­na­da y la dis­mi­nu­ción de la ren­ta per cápi­ta.

La pro­pues­ta de redu­cir la jor­na­da labo­ral tie­ne como obje­ti­vo no solo mejo­rar el bien­es­tar de los tra­ba­ja­do­res, sino tam­bién aumen­tar su moti­va­ción y efi­cien­cia, redu­cien­do los nive­les de estrés y aumen­tan­do la pro­duc­ti­vi­dad al evi­tar el sín­dro­me del bur­nout, per­mi­tien­do una con­ci­lia­ción con la vida per­so­nal mucho más atrac­ti­va. Paí­ses como Irlan­da, Dina­mar­ca y los Paí­ses Bajos ya están demos­tran­do que tra­ba­jar menos horas no sig­ni­fi­ca caer a una menor pro­duc­ti­vi­dad, sino que es com­pa­ti­ble con un gran desem­pe­ño.

Sin embar­go, la reduc­ción de la jor­na­da pre­sen­ta algu­nos inte­rro­gan­tes impor­tan­tes. En sec­to­res don­de la dis­po­ni­bi­li­dad hora­ria es crí­ti­ca como la hos­te­le­ría, los ser­vi­cios de emer­gen­cia y el turis­mo, del que pro­vie­ne gran par­te del PIB espa­ñol (12,8%), la via­bi­li­dad de esta medi­da es moti­vo de deba­te. “No hay garan­tía de que la reduc­ción de la jor­na­da labo­ral aumen­te la pro­duc­ti­vi­dad en todos los sec­to­res. Sin embar­go, cuan­do se apli­ca de for­ma correc­ta, los tra­ba­ja­do­res se sien­ten cui­da­dos y res­pal­da­dos, por lo que se incre­men­ta la corres­pon­sa­bi­li­dad y, en con­se­cuen­cia, la efi­cien­cia”, afir­ma Juan Car­los Pérez Espi­no­sa, Pre­si­den­te Glo­bal de DCH – Orga­ni­za­ción Inter­na­cio­nal de Direc­ti­vos de Capi­tal Humano.

Ade­más, inver­tir en sec­to­res como el tec­no­ló­gi­co y el comer­cio, que están explo­ran­do pro­ce­sos de auto­ma­ti­za­ción y digi­ta­li­za­ción, podrían com­pen­sar la reduc­ción de horas sin mini­mi­zar la pro­duc­ti­vi­dad, al ser capa­ces de opti­mi­zar aque­llas tareas en las que la mano de obra huma­na siga sien­do obli­ga­to­ria. Com­bi­nar esta trans­for­ma­ción tec­no­ló­gi­ca con una mayor fle­xi­bi­li­dad se podría posi­cio­nar como una solu­ción, que per­mi­tie­se el desa­rro­llo de una jor­na­da redu­ci­da y que ade­más impac­ta­se posi­ti­va­men­te en la cuen­ta de resul­ta­dos.

Pero a pesar de los avan­ces, la pro­duc­ti­vi­dad en Espa­ña sigue reza­ga­da res­pec­to a otros paí­ses euro­peos. Y es que el fac­tor de mayor impac­to en este retar­do es la esca­sa inver­sión en sec­to­res de alto valor aña­di­do, pues “no es que en Espa­ña se tra­ba­je poco, sino que el tra­ba­jo que se rea­li­za es de un valor eco­nó­mi­co infe­rior, lo que nos posi­cio­na por deba­jo de los paí­ses euro­peos pun­te­ros”, afir­ma Pérez Espi­no­sa. Esto se pue­de ver refle­ja­do en la ren­ta per cápi­ta espa­ño­la, que ha dis­mi­nui­do con res­pec­to a la media de la euro­zo­na en un 18% en los últi­mos 25 años, sin olvi­dar­se de que solo en los cua­tro últi­mos esta dife­ren­cia habría ale­ja­do los bol­si­llos espa­ño­les de los del con­ti­nen­te euro­peo en un 3%.

“La inver­sión y la moder­ni­za­ción del teji­do pro­duc­ti­vo son cla­ves para que Espa­ña pue­da cerrar la bre­cha de ren­ta per cápi­ta con Euro­pa y mejo­rar la cali­dad de vida de sus ciu­da­da­nos. La polí­ti­ca labo­ral tam­bién debe adap­tar­se y pro­mo­ver la fle­xi­bi­li­dad y la for­ma­ción con­ti­nua para afron­tar los retos futu­ros”, decla­ra Pérez Espi­no­sa.

Todos estos fac­to­res mar­can un con­tex­to en el que hay que plan­tear­se la nece­si­dad de abor­dar un cam­bio en los mode­los de rela­ción labo­ral. Y es que aun­que las nue­vas gene­ra­cio­nes deman­dan un mayor bien­es­tar y mas fle­xi­bi­li­dad en el tra­ba­jo, el cre­ci­mien­to eco­nó­mi­co requie­re un esfuer­zo con­jun­to entre empre­sas, emplea­dos y admi­nis­tra­cio­nes para mejo­rar la pro­duc­ti­vi­dad de mane­ra sos­te­ni­da.

En el mar­co de esta evo­lu­ción, la salud men­tal y el bien­es­tar se han con­ver­ti­do en temas prio­ri­ta­rios. Una jor­na­da labo­ral adap­ta­da a la reali­dad de cada sec­tor, com­bi­na­da con medi­das que fomen­ten el bien­es­tar y el desa­rro­llo pro­fe­sio­nal, ayu­da­ría a redu­cir el absen­tis­mo y aumen­tar la satis­fac­ción de los emplea­dos. De esta for­ma se entien­de que la reten­ción del talen­to y el com­pro­mi­so entre emplea­do y empre­sa son esen­cia­les para garan­ti­zar la sos­te­ni­bi­li­dad y com­pe­ti­ti­vi­dad del futu­ro de la eco­no­mía espa­ño­la.