En un mun­do cada vez más digi­ta­li­za­do, el email mar­ke­ting sigue demos­tran­do su efi­ca­cia como herra­mien­ta de comu­ni­ca­ción direc­ta con las gene­ra­cio­nes Y y Z. Los exper­tos de Acre­lia des­mien­ten el mito de que los jóve­nes pre­fie­ren solo las redes socia­les y ofre­cen estra­te­gias para adap­tar los men­sa­jes a sus pre­fe­ren­cias.

El mun­do de la comu­ni­ca­ción digi­tal está en cons­tan­te evo­lu­ción, y el email mar­ke­ting no es la excep­ción. Fren­te a la creen­cia de que los jóve­nes pre­fie­ren las redes socia­les sobre otros cana­les, los exper­tos de Acre­lia, una pla­ta­for­ma de refe­ren­cia en email mar­ke­ting, ase­gu­ran que este for­ma­to sigue sien­do una herra­mien­ta pode­ro­sa para conec­tar con las gene­ra­cio­nes Y (millen­nials) y Z (cen­ten­nials).

Lidia Cas­ti­lle­jo, res­pon­sa­ble de desa­rro­llo de nego­cio de Acre­lia, sub­ra­ya: “Es un error pen­sar que las gene­ra­cio­nes más jóve­nes recha­zan el email y que pre­fie­ren las redes socia­les. De hecho, lo valo­ran como un canal de comu­ni­ca­ción direc­ta y per­so­nal, pero espe­ran que los men­sa­jes sean con­ci­sos, visua­les y rele­van­tes para su esti­lo de vida”.

La gene­ra­ción Y o millen­nials abar­ca a las per­so­nas naci­das entre 1981 y 2000, mien­tras que la gene­ra­ción Z o cen­ten­nials com­pren­de a los naci­dos entre 2001 y 2009. A ellos se suma la gene­ra­ción alfa, que inclu­ye a quie­nes nacie­ron a par­tir de 2010. Aun­que estas cate­go­rías ayu­dan a seg­men­tar a los con­su­mi­do­res, Cas­ti­lle­jo recal­ca que “cada per­so­na es dife­ren­te, por lo que ana­li­zar el com­por­ta­mien­to de los sus­crip­to­res y adap­tar la comu­ni­ca­ción a sus intere­ses es cla­ve para que una cam­pa­ña sea efec­ti­va”.

Estas gene­ra­cio­nes com­par­ten varias carac­te­rís­ti­cas que las mar­cas deben con­si­de­rar al dise­ñar sus estra­te­gias de email mar­ke­ting. Son nati­vos digi­ta­les que pre­fie­ren la tec­no­lo­gía a las inter­ac­cio­nes pre­sen­cia­les. Ade­más, uti­li­zan un len­gua­je pro­pio que incor­po­ra emo­jis, GIFs y memes, aun­que recha­zan los titu­la­res click­bait.

Su com­pro­mi­so social y ambien­tal tam­bién jue­ga un papel fun­da­men­tal en sus deci­sio­nes de con­su­mo. Cas­ti­lle­jo expli­ca: “Estas gene­ra­cio­nes no dudan en dar­se de baja si per­ci­ben que una mar­ca no es hones­ta o abu­sa de sus datos per­so­na­les. La con­fian­za es un pilar fun­da­men­tal para conec­tar con ellos”.

Estra­te­gias efec­ti­vas para el email mar­ke­ting

Para cap­tar la aten­ción de estos con­su­mi­do­res exi­gen­tes, Acre­lia reco­mien­da varias estra­te­gias que van des­de el con­te­ni­do has­ta la pre­sen­ta­ción del men­sa­je:

  • Soli­ci­tar solo los datos esen­cia­les: Redu­cir las barre­ras de entra­da mejo­ra las tasas de regis­tro.
  • Evi­tar titu­la­res enga­ño­sos: La sin­ce­ri­dad gene­ra con­fian­za.
  • Comu­ni­car accio­nes socia­les: Ser trans­pa­ren­te sobre las ini­cia­ti­vas socia­les y ambien­ta­les de la mar­ca.
  • Dise­ñar correos visua­les y bre­ves: Faci­li­tar una lec­tu­ra rápi­da.
  • Incluir emo­jis: Hacer el con­te­ni­do más cer­cano y diná­mi­co.
  • Ofre­cer múl­ti­ples vías de con­tac­to: Incluir opcio­nes como WhatsApp y redes socia­les.
  • Imple­men­tar pro­gra­mas de fide­li­za­ción: Fomen­tar rela­cio­nes a lar­go pla­zo.
  • Ajus­tar los hora­rios de envío: Evi­tar el hora­rio de ofi­ci­na y optar por momen­tos más rela­ja­dos.

Según Cas­ti­lle­jo, “el email mar­ke­ting sigue sien­do un canal poten­te, pero su éxi­to radi­ca en saber adap­tar­lo a las nece­si­da­des y pre­fe­ren­cias de cada gene­ra­ción”.

La per­so­na­li­za­ción es otro aspec­to esen­cial. Ana­li­zar el com­por­ta­mien­to de los sus­crip­to­res per­mi­te ajus­tar los men­sa­jes para hacer­los más rele­van­tes. Esta adap­ta­ción, com­bi­na­da con la trans­pa­ren­cia, per­mi­te gene­rar cone­xio­nes autén­ti­cas con los con­su­mi­do­res jóve­nes.

Con estas reco­men­da­cio­nes, Acre­lia bus­ca ayu­dar a las mar­cas a sacar el máxi­mo pro­ve­cho del email mar­ke­ting en la era digi­tal. Al com­pren­der las par­ti­cu­la­ri­da­des de cada gene­ra­ción y adap­tar las estra­te­gias de comu­ni­ca­ción, las empre­sas pue­den lograr cam­pa­ñas más efec­ti­vas y fomen­tar rela­cio­nes de con­fian­za con sus clien­tes.